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GENERACIÓN: Instituto de Investigación, Promoción y Comunicación Social

Lima, Perú 26 de junio del 2006

El trauma de los niños victimas de tortura

Introducción

El 26 de junio se recuerdan a las victimas de la tortura de todo el mundo. Es el día internacional de las Naciones Unidas en 'apoyo de las víctimas de la tortura'. El día tiene como objetivo la erradicación de la tortura y el cumplimiento efectivo de la convención de 1984 'contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes', que entró en vigor el 26 de Junio de 1987.

La Declaración de Derechos Humanos en su artículo 5 dice que nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes. De igual forma, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos Crueles Inhumanos y Degradantes, desde su entrada en vigor en 1987, trabaja a favor de la abolición de la tortura. Pese a esto, y a que en el año 2001, 123 de 189 estados miembros de Naciones Unidas, ratificaron dicha Convención, cada año miles y miles de personas huyen de su patria para salvar sus vidas y para evitar ser sometidos a torturas, por esta razón es que el Instituto Generación se hace presente recusando toda intervención desde el Estado u otra organización civil que utilicen métodos tortuosos para la intervención en el trabajo con los niños.

A principios de la década de los 90´ el Instituto Generación trabajó en un programa de capacitación que estaba dirigido a niños y adolescentes. Como parte del programa Generación inició el contacto con los niños presos de los albergues del Inabif. Es entonces donde se comienzan a realizar las denuncias contra los encargados del cuidado de estos niños debido a los maltratos que los mismos internos denunciaban. La encargada política era la Sra. Ana Kanashiro, a partir de ese momento el Instituto Generación fue duramente criticado por el gobierno autoritario del ex presidente Alberto Fujimori, intentando bloquear cada acción de Generación en su intervención a favor de los Derechos de los Niños mas vulnerados.

El Instituto Generación denunció el abuso sexual, el maltrato físico, el maltrato psicológico, etc. es decir un conjunto de acciones sistemáticas que violentan a los niños con las supuestas medidas correctivas realizadas en éstas instituciones. La represión retrógrada del gobierno de Fujimori se veía reflejada en sus instituciones así como la corrupción de todo el sistema legal y la normalización de una vida amoral divorciada de los valores.

Gracias a las denuncias y al trabajo de sensibilización del Instituto Generación, se han logrado grandes cambios. En el trayecto de esta ardua labor, encontramos ahora a efectivos de la PNP concientes de los DDHH de los niños, a Fiscales comprometidos, etc. sin embargo el cambio estructural aun no se da.

Existen dos grandes centros de poder que están a cargo del cuidado de nuestros niños mas vulnerados. El MIMDES y el Poder Judicial que son los responsables políticos de las atrocidades que conocemos y que recusamos.

Este texto intenta aportar algunos alcances para reflexionar sobre el trabajo con niños institucionalizados y desde el campo de la psicología conoceremos las consecuencias del encierro pernicioso de nuestros niños en estos centros de tortura.

 

I. Las experiencias traumáticas de los niños: camino al dolor

Parece ser que quienes aplican las normas en los centros infantiles, aun siguen creyendo que el castigo físico convertido en maltrato es un método correctivo de crianza. Lamentablemente en nuestra sociedad la normalización de la violencia y la cultura adulto céntrica prima ante el Interés Superior del Niño y que la errada visión de protección que el adulto le quiere imponer a los niños va de la mano con ese mito tan arraigado de la cultura popular de creer que el maltrato se justifica en la vida familiar y en la crianza de los niños.

II. La Tortura

La Tortura la definen los niños del Instituto Generación como la agresión física o psicológica "por las puras" y "hasta el cansancio". No podemos negar que su definición se acerca a la definición de Elena Gómez (1985) "En donde la tortura es la aplicación deliberada y sistemática del dolor agudo de una o varias personas sobre otra con diversos fines".
Las manifestaciones psicológicas y físicas del niño torturado, varían según la historia de vida, las experiencias sufridas, los rasgos de personalidad, etc. Los niños que se encuentran en situación de encierro comúnmente han vivido experiencias muy dolorosas de desapego, de perdida de vínculos afectivos, ausencia de figuras, modelos adecuados de relación interpersonal, etc. Mayormente son niños con tendencia a la depresión, son niños con historia de maltrato, con baja autoestima y con un alto nivel de desvalorización. Siendo este el diagnostico general que mayormente presentan los niños institucionalizados, nos planteamos la siguiente pregunta: ¿qué tipo de intervención se deberá de realizar con estos niños? Este documento no pretende plantear un modelo de intervención sino nuestro objetivo es poder explicar cuales son las consecuencias de una intervención errática.

II. 1. Tipos de Tortura Psicológica

  • "Lavado de cerebro" mediante torturas físicas o psicológicas los agentes de tortura pretenden hacer cambiar la idea, pensamiento, ideal, sueño de un niño.
  • Ataque destructivo de los vínculos de solidaridad, por ejemplo: " tu familia no te quiere".
  • Privación y represión de la actividad sensorial .
  • Deprivación de la vida afectiva y represión de las experiencias afectivas.
  • Prohibición y represión de la actividad artística y de la imaginación creadora.
  • Prohibición y represión de la actividad social y grupal.
  • Robo o privación de sus objetos personales.
  • Privación de la comunicación , del lenguaje y de la actividad intelectual.
  • Insultos.
  • Hostigamiento.
  • Tortura simultanea, es cuando un agente torturador obliga a otro a torturar.

II. 2. Tipos de Tortura física

  • Golpes
  • Quemaduras
  • Ahogos
  • Descargas eléctricas
  • Cortes
  • Arañones
  • Empujones
  • Duchas con agua fría o caliente a manera de hostigamiento
  • Abuso sexual

II. 3. Algunos testimonios de tortura en Santa Margarita, Domi, Centro Juvenil Maringa, Hermelinda Carrera

Rubén 17 años: "Me enterraron vivo, hicieron un hueco y me tuvieron ahí por 4 minutos, pensaba que me iba a morir, solo rezaba y esperaba que el educador se canse de pegarme."

Eli 15 años: "No puedo ver a quienes quiero, no me dejan verla y me siento sola, dicen que no me van a dejar verla... me hacen acordar de todo lo que hice en la calle y por eso me castigan."

Marvin 17 años: "Me pegan, me dicen drogadicto, me pegan y para que no me defienda me dopan."

Liliana 13 años: "Se ríen cuando no tengo visita y me dicen que nadie me quiere... me hacen limpiar mas de la cuenta si reclamo algo."

Giovanna 13 años: "La policía me dijo que mi mama prefiere a mi padrastro que me violo que a mi."

Lupe 12 años: "Quise defender a un niño porque un policía lo quiso agarrar y el policía me amenazó."

Talia 15 años: "Tengo miedo de que cuando salga no pueda hablar bien por las pastillas que me dan porque dicen que si no me las dan no voy a poder aguantar mis ganas de salir por eso me corte el brazo con un vidrio, quiero salir."

Lucero 14 años: "No quisieron meter mi torta de cumpleaños al centro y cuando me porto mal me encierran sin comer en un cuarto sin hablar con nadie con una silla porque no me dejan echarme, entro al PAE."

Maria Del Pila 16 años: "Te insultan, te pegan te gritan, te amenazan, te hacen correr hasta que te canses y te hacen limpiar el piso con la lengua."

Mijat 20 años: "Esas monjas no parecen monjas, te meten en un cuarto con ratas y cucarachas por días."

Giovanna 24 años: "Los policías te pasaban corriente en un balde de agua para que hables, yo tenia 13 años."

 

III. La Convención de los Derechos del Niño como Marco Referencial para toda intervención de protección con los niños en alto riesgo

III. 1. El encierro

El Perú como país firmante de la Comisión suscribe todo lo estipulado y sus políticas de estado tendrían que están basadas en las intervenciones con los niños y adolescentes. Los líderes políticos tienen que velar porque los derechos de los niños se cumplan sin hacer ningún tipo de distinción de raza, religión, distinción social, o conductas de riesgo. Desde que se mantiene a un niño privado de su libertad se están violando sus derechos.

Nosotros creemos como principio que un niño en altísimo riesgo, no debería ser privado de su libertad ya que el encierro es un castigo. La sociedad occidental relaciona la perdida de la libertad como una pena que sirve para castigar una mala conducta. Sostenemos también que la pobreza no se penaliza que un niño maltratado en casa, no merece el castigo de ser encerrado, que un niño que está en la calle buscando su alimento no es el culpable de su situación: las victimas no se re victimizan.

Somos concientes que el sistema está errado en muchos aspectos y la concepción de protección al niño tiene que cambiar, pero sabemos también que es un proceso largo, de sensibilización y concientización de la problemática infantil. En el Perú el sistema legal y de políticas frente a los niños carece de eficacia, y es por eso que con mayor razón, cada persona que tenga la responsabilidad de trabajar para uno de estos niños debe de hacerlo con el objetivo de reducir al máximo posible las consecuencias negativas del maltrato.

III. 2. Tiempo Fuera: ¿una técnica de modificación de conducta o un método de tortura?

Basándonos en los relatos y testimonios de niños y adolescentes que han vivido en los hogares del MIMDES y del Poder Judicial, mantenemos nuestra posición cuestionadora ante los métodos correctivos que se utilizan para la intervención con los niños y adolescentes y nuestro único fin es llevar a la reflexión una serie de temas que bien podrían ser discutidos por el equipo técnico de las distintas instituciones que trabajan para los niños en situación de alto riesgo.

El Tiempo Fuera es una técnica de modificación de conducta propia del enfoque de la Psicología Conductual. El Tiempo Fuera es el procedimiento de castigo negativo que consiste en impedir que el sujeto pueda emitir, durante un determinado tiempo respuestas que le lleven al reforzamiento positivo. Por lo general esto se consigue sacando al sujeto del contexto donde consigue los reforzadores. (Por ej. cuando se envía a un niño a su cuarto). Tiempo Fuera, es un método para disciplinar que consiste en poner a los niños en un lugar aburrido por algunos minutos cuando su comportamiento no es aceptable, es decir el Tiempo Fuera, significa no ponerles atención. Sin embargo, los niños institucionalizados han sufrido abandono, carecen de vínculos afectivos y han sido maltratados y muchos de ellos han sido marginados y abandonados por sus padres. El Tiempo Fuera y el aislamiento no son métodos constructivos ni progresistas, y tampoco se configura un método reparador de sus emociones.

Otra prueba de la mala utilización de esta técnica en los centros de niños y adolescentes, es lugar que se escoge para el Tiempo Fuera ya que no puede ser un lugar parecido al de una celda, basta solo con ser separado del lugar donde se encuentra todo el grupo. Según los testimonios que hemos recogido, las celdas de castigo eran verdaderos centros de tortura; son lugares oscuros, muy pequeños, con mal olor, con cucarachas, ratas, totalmente asilados, no se les permite dormir, la comida se la entregan sin tener contacto con otro ser humano, se les prohíbe conversar con alguien, pueden estar varias horas incluso días.

La intervención conductual del Tiempo Fuera, se realiza solo con el objetivo de modificar la acción negativa, sin hacerse un profundo análisis de la etiología de la conducta. Esta técnica no es recomendable aplicarla en niños con problemas emocionales, si la conducta tiene un origen emocional como la depresión por ejemplo, no se debería de aplicar la técnica.

Otra especificad del Tiempo Fuera es que se recomienda no se aplicada más de 30 minutos, sino la conducta podría aumentar en lugar de extinguirse, nosotros sabemos que según los relatos de quienes han sufrido el Tiempo Fuera en el Hogar de Santa Margarita, han permanecido mas de 24 horas aisladas.

Una mala utilización de la técnica Tiempo Fuera, podría configurarse en una acción agresiva contra los niños y adolescentes. Podría configurarse en un castigo reforzando así su conducta negativa consiguiendo solo que los niños tengan un sentimiento de dolor y de resentimiento en contra de los educadores.

III. 3. El Castigo

El castigo en un sentido técnico se refiere sólo a la operación empírica (presentación o retiro de eventos) que reduce la frecuencia de aparición de una respuesta, y no siempre comprende dolor físico. (Kazdin, 1971) Sin duda, los eventos dolorosos (como las tundas) pueden no disminuir las respuestas para las que se diseñaron como castigo, sino mas bien aumentar la frecuencia de aparición de las respuestas a castigar, así como también provocar la aparición de otras respuestas disruptivas.

Entendiendo el fenómeno contraproducente del castigo, es que podemos comprender el porqué de los motines y del alto nivel de agresividad de los niños privados de su libertad en el Centro Juveniles de Maranga por ejemplo. Tenemos testimonios de niños y adolescentes que nos comentan que los golpes que recibían por parte de quienes son los responsables de aplicar las normas y reglas ocurren todos los días.

IV. El agente torturador

¿Cómo un educador, o cuidador se puede convertir en un agente torturador? Existen varias explicaciones, pero desarrollaremos solo algunas según el contexto de los niños institucionalizados. Así como en muchos hogares los padres aplican el castigo físico o psicológico a sus hijos por que lo han hecho con ellos mismos, así ocurre con los agentes torturadores. Muchos de ellos han vivido la terrible experiencia de haber sido maltratado de niños, eso se relaciona con la idea de que el castigo va a regular el comportamiento del niño, en realidad lo que ocurre es que el niño está totalmente subyugado por el adulto, pero eso no significa que el niño ha aprendido e internalizado una conducta adecuada. El concebir de una manera errada el castigo y la educación de un niño, podría convertirlo en un agente torturador.

Otra causa que convierte a un cuidador en una agente torturador es la rigidez de pensamiento. El creer que nada puede ser de otra forma mas que la que él plantea da a lugar a que si el niño no hace lo que estipulan las normas, el agente de tortura se va a frustrar y esa frustración la devuelve simbólicamente al niño con agresiones.

La omnibulación de pensamiento por el poder también es otra causa, los agentes de tortura sienten que son poderosos mientras agraden a su victima. Este sentimiento de poder obstaculiza su pensamiento de autocrítica y reduce de tal manera a su victima que considera que no tiene derecho a sentirse bien y que merece todo lo que le hace. Tiene sentimiento de grandeza como si tuviese que recibir un reconocimiento porque esta haciendo una buena obra ya que esta "corrigiendo" a un niño.

Un personal no calificado para el trabajo con estos niños podría convertirse en un agente torturador también, los sentimientos de frustración que devienen de realizar una labor que no satisface a la persona podría generar tan nivel de agresividad que cometería actos de lesa humanidad.

El síndrome de burnout podría ser una de las causas. Nosotros consideramos que un profesional no debería de estar expuesto a un trabajo con los mismos niños o con la misma problemática por más de 5 años. Consideramos que el desgaste emocional es muy fuerte y perjudicial para el educador y sobre todo para el niño. El personal debe de rotar, debe de tener un espacio de descarga emocional grupal o individual y debería de trabajar en un ambiente adecuado.

Los casos mas críticos de los agentes de tortura son los que presentan una sintomatología con rasgos psicopáticos, como rasgos de sadismo, el psicópata obsesivo / perverso, etc.

V. La tortura es una experiencia traumática

De acuerdo con el DSV IV TR, una de las causas del trastorno por estrés post traumático es sin duda la tortura. El trastorno por estrés post traumático se comenzó a estudiar por los psiquiatras debido a los casos que se presentaban por los soldados de guerra, un evento tan traumático como la guerra produce un trastorno emocional al igual que la tortura.

La tortura es siempre una experiencia quebrantadora que implica un desgaste psicológico importante en el individuo y el impacto que tiene sobre su estabilidad emocional depende de muchos factores. Mientras menor edad tenga la victima mas profundos serán los daños a nivel de estructura de personalidad; las manifestaciones psicológicas que presentan también varían, dependiendo de la historia de vida del niño y de la experiencia traumática en si. Es importante resaltar que mientras mas pronta sea la intervención terapéutica es mejor para reducir daños y consecuencias mayores.

V. 1. Sintomatología presentada

Durante el acto tortuoso el niño se siente con terror, lo único en que piensa es en planear en una fuga o salida, en muchos casos sueña en que pueda en un milagro que pueda terminar su suplicio. Lo que prima es su instinto de supervivencia, también sienten una gran impotencia que los lleva a sentir una gran frustración. Inmediatamente después del acto tortuoso tiene una gran necesidad de protección pero a la vez se aíslan ya que el sentimiento de desvalorización es tan profundo que prefieren estar solos y con un terrible sentimiento de culpa.

V. 2. Consecuencias: Las más comunes en los niños victimas de tortura son las siguientes:

  • Trastorno de estrés post traumático con las siguientes manifestaciones:
    • El niño recuerda el acontecimiento de manera recurrente que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones.
    • Sueños de carácter recurrente, sobre el acontecimiento, que producen malestar.
    • El niño actúa o tiene la sensación que el acontecimiento traumático está ocurriendo (por ej. sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y flashbacks).
    • Malestar psíquico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
    • Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
    • Esfuerzos para evitar pensamientos incluso con conductas autodestructivas.
    • Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma. Este punto es de vital importancia de tomarse en cuenta en las manifestaciones testimoniales de las victimas, en el atestado policial, en las denuncias judiciales o en las evaluaciones psicológicas.
    • Reducción importante del interés o de la participación en actividades sociales o laborales.
    • Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
    • Restricción de la vida afectiva (por ej. incapacidad para tener sentimientos de amor).
    • Sensación de un futuro desolador (por ej. no tener esperanzas respecto a encontrar una pareja, formar una familia, hallar empleo, llevar una vida normal).
    • Recuerdos del acontecimiento, recurrentes e intrusos, que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones.
    • El niño actúa o tiene la sensación que el acontecimiento traumático está ocurriendo (por ej. sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y flashbacks).
    • Malestar psíquico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
    • En los niños la sensación de un futuro desolador puede traducirse en la creencia de que su vida no durará tanto como para llegar a adulto.
  • Cuadros de angustia severa.
  • Trastornos de sueño; insomnio o sueño excesivo.
  • Vivencias paranoides, el niño tiene una actitud vigilante sobre las situaciones comunes. Por ejemplo tiene la sensación de que están hablando mal de él, o le produce mucha intranquilidad pensar de que le puedan volver a hacer daño. Tienen también la sensación de que estén confabulando en su contra
  • Sentimiento de perdida; los niños sufren en exceso por cada separación afectiva, les queda un vacío constante acompañado de la angustia de separación. Tienen pensamientos como "todos me dejan", "nadie se preocupa por mi". Esto los hace ser muy dependientes de quien les ofrece afecto, pero si esto no ocurre a menudo llegarán a ser renuentes ante y hostiles con los demás.
  • Autodesvalorización; los niños recuerdan el daño que le hicieron, este daño instaura en ellos basándose en la experiencia traumática de la tortura en que su condición de ser humano va por de bajo de cualquier otra persona ya que le han hecho creer "merecieron" el maltrato que recibieron.
  • Disminución del rendimiento intelectual; disminuyen su capacidad de atención y concertación para realizar una tarea que le demanden un esfuerzo mental sostenido.
  • Alteraciones de ánimo; los niños suelen ser labiles emocionalmente y carecen de control de sus impulsos en cuanto a sus emociones.
  • Alteración de la función sexual; su sexualidad la expresan con conductas inapropiadas, sobre todo si es que están encerrados y con sus pares del mismo sexo.
  • Irritabilidad; no pueden controlar su ira.
  • Agobiante recuerdo de la tortura.
  • Impulso incontrolable de hacerle lo mismo a otros aplicando la misma ley de poder.
  • Alteración de las relaciones afectivas; no pueden establecer relaciones afectvas adecuadas ya que perdieron la confianza, no cuentan con una adecuado nivel de autoestima, etc.
  • Dificultades en el comportamiento social e interpersonal.
  • Dificultad para compartir y comunicar la experiencia.
  • Disociación emocional con respecto a la emoción vivenciada durante la tortura y el relato, eso se explica ya que cuando un niño es torturado mayormente es amenazado para no contar la experiencia y mientras es torturado le prohíben llorar, quejarse o lamentarse.
  • Afección de la identidad.

En resumen, las consecuencias son tan terribles para un niño victima de tortura, ya que podría sufrir una reacción psicótica y el responsable de dicho acto sería el agente torturador. Con esta afirmación y evaluando cada consecuencia podremos comprender por qué ocurren motines en los centros de reclusión de niños y de adolescentes, podemos entender porqué luego de salir del centro continúan sus conductas autodestructivas, podremos comprender qué es lo que falla en la intervención con los niños. Es importante no dejar de lado la historia de maltrato vivenciada por la mayoría de estos niños así como sus frustraciones y carencias.
Las medidas arbitrarias no llevan a nada con niños que han sufrido maltrato. Una actitud cruel, fría, y agresiva no es pedagógica ni se debería de tomar en cuenta como una medida correctiva.
Los niños victimas de tortura luego de vencer el miedo que pueden sentir para denunciar a los perpetradores necesitan sentirse acompañados y sostenidos emocionalmente. En este caso el ver que su denuncia ha sido escuchada y que el agente torturador ha comprendido las consecuencias de sus actos, entonces podrá sentir que no ha sido en vano su valentía así podrá tener la opción de poder superar la experiencia vivida. Eso no quiere decir que la denuncia es el único instrumento que le servirá a un niño victima de tortura para que redima su dolor, pero si es importante que quien se atreva a denuncia sea escuchado, atendido, acompañado y tomado en cuenta como sujeto de derecho.

Documento Elaborado por: Niños, Adolescentes y Jóvenes Victimas de tortura en Lima, Perú y el Equipo Multidisciplinario del Instituto Generación.

Referencias
MACIA ANTON, Diego. (1991) "Problemas cotidianos de conducta en la infancia: Intervención psicológica en el ámbito clínico y familiar". Ediciones pirámide, S.A.
Ardila, R. (1980). "Terapia del comportamiento".
Baeza, M. C. y Martínez, J. M. (1984). "Diseños intrasujeto y cambio de conducta escolar: aplicación a dos casos de hiperactividad".
Análisis y Modificación de Conducta, 10 (26), 535-571.

Búsqueda realizada el 24 de junio del 2006

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